Neogolpismo
El riesgo de un golpe de Estado nunca debe sentirse olvidado. La necesidad de arbitrar procedimientos de defensa de la democracia y los derechos humanos sigue siendo muy relevante porque las ganancias en derechos de años se pueden transformar en sometimiento en poco tiempo. Es cierto que, a diferencia de lo que ocurría en los años 70 del siglo pasado, los golpes militares, los que suponen la exaltación de la dureza física, no constituyen la característica de los movimientos de reducción de la democracia y de imposición. Es demasiado burdo y genera mala prensa internacional, sobre todo cuando las opciones del neogolpismo son mucho más “limpias”.
El neogolpismo es una vertiente soft de los movimientos autoritarios de naturaleza conservadora que, sin embargo, tiene consecuencias similares, aunque usualmente no tan radicales. Reducción de la democracia y los derechos, imposición de creencias y reducción de la capacidad de redistribución de la riqueza por parte del Estado. Pensamiento del consenso de Washington en estado puro.
En efecto, hoy los mecanismos de transformación autoritaria del poder son más sutiles. Son acciones u omisiones que conducen a la alteración de las reglas de funcionamiento del sistema constitucional, impidiendo su normal desempeño. Y las manifestaciones son muchas.
Se ha hablado de neogolpismo en América Latina (con las destituciones de los Presidentes de Honduras, Paraguay, Bolivia o Brasil), pero la realidad es que las manifestaciones esátn llegando a todo el mundo, incluso al centro de la Unión Europea o a los Estados Unidos de América.
PUESTA EN DUDA DEL SISTEMA DEMOCRÁTICO
El neogolpismo tiene dificultades para aceptar un resultado electoral negativo. Por ello, recurren a técnicas variadas para justificar que el resultado no es legítimo. Bolsonaro ha puesto en duda, recientemente, el mecanismo de recuento de votos a pesar de que nunca ha habido ningún problema con ello, ni siquiera cuando ganó las elecciones. La diferencia es que hoy puede perder.
Trump cuestionó el voto por correo por considerar que estaba siendo utilizado para manipular el proceso. Intentó, sin éxito, asfixiar a UsPOST para evitar que pudiera tramitar el voto. Pero, en general, la crítica fue de puesta en duda de la legitimidad de ese voto.
Incluso, si nos remontamos a unos pocos años atrás, en las elecciones que llevaron al infausto George W. Bush a la Casa Blanca, quedaron muchos votos en Florida sin contabilizar porque no reunían, aparentemente, los requisitos básicos. La sentencia del Tribunal Supremo Bush v. Gore es el modelo de utilización del sistema judicial para blanquear la manipulación electoral.
Es también la acusación genérica de la calidad de los políticos esperando el retorno de unas soluciones que no están ni siquiera exteriorizadas. Supone la negativa a aceptar mayorías de izquierda y, al mismo tiempo, imponer soluciones tecnocráticas de eliminación de la democracia. Son manifestaciones de ese “Gobierno de Golmand Sachs” del que tanto se habla en los Estados Unidos. Se quieren, en definitiva, esos Gobiernos de unidad, de derecha e izquierda que eliminen los riesgos de desviación. El caso italiano durante la crisis económica viene directamente a la cabeza.
De hecho, en esta puesta en duda de los mecanismos democráticos, el papel de las encuestas y estudios de opinión con una base científica discutible consitutye un elemento para poner en duda los resultados electorales y acrecentar la necesidad de nuevas elecciones inmediatas.
Ahora bien, cuando hablamos de neogolpismo, no debemos pensar en territorios lejanos. Los riesgos pueden aparecer en cualquier momento, alterando los fundamentos del Estado democrático. De hecho, cuando examinamos los casos de las democracias iliberales, como la húngara, no tenemos sino una manifestación de neogolpismo en el seno de la Unión Europea. Por ello, hay que estar atentos en la defensa de la democracia.
PUESTA EN DUDA DE LOS MECANISMOS DE ACCESO AL PODER.
Habría que situar aquí los intentos de deslegitimación de las formas de acceso al poder de determinados Presidentes del Gobierno, ya sea porque resulte de una moción de censura o porque se pretenda que las alianzas con determinados partidos no son adecuadas.
A partir de aquí, las fake news y los hechos alternativos constituyen el medio usual de desprestigio. Dentro de todo ello, la política de la mentira constituye un elemento central para el desprestigio del que ha llegado al poder.
En casos extremos, esto puede llegar a propugnar una alteración de las reglas de elección del Gobierno, sustituyendo el procedimiento establecido por otro que aparenta ser democrático pero que no responde a los parámetros constitucionales.
CREACIÓN FICTICIA DE UNA SITUACIÓN ECONÓMICA DESASTROSA
Si recordamos lo ocurrido en el Chile de Allende podemos traer otra técnica que puede ser utilizada en aquel momento para legitimar el golpe de estado: la mala situación económica.
Parece claro que en aquel momento, hubo una manipulación de la situación económica, generando problemas que no tenían justificación, con la idea de configurar una situación de desgobierno.
Una situación que conduce o bien al desabastecimiento o bien a una subida indiscriminada de precios en sectores estratégicos (como es la electricidad) con la idea de cambiar las mayorías. Un problema falso, una respuesta previamente planificada y un cambio en la mayoría.
EL SECUESTRO DE LOS ÓRGANOS CONSTITUCIONALES
Un mecanismo, bien conocido entre nosotros, está constituido por la imposibilidad de renovación en plazo la composición de los órganos constitucionales cuando el previsible resultado de las nuevas mayorias de elección no satisface. No cumplir con los mandatos constitucionales y legales para las renovaciones afecta a la calidad del sistema democrático y constituye una forma de neogolpismo.
Un ejemplo que, más allá de otros lugares, lo tenemos en la prohibición al Presidente Obama de designación de Merrick Garland como Magistrado en el Tribunal Supremo de los Estados Unidos durante el último año de mandato. La mayoría republicana ni siquiera abrió el procedimiento de valoración de méritos. Pero que lo tenemos entre nosotros
LAWFARE
La amenaza de la utilización de los recursos jurídicos de manera infundada constituye la modalidad más institucional del neogolpismo. Un recurso que consiste en el uso del derecho contra partidos, políticos o familiares de políticos que no concuerdan con los fundamentos del deep state.
El recurso a los elementos de la judicatura que responden a los estímulos del deep state, resulta un instrumento usual que está dotado de alto grado de legitimidad a los ojos de la opinión pública, precisamente por el desconocimiento del derecho y de que los jueces también hacen política.
El mecanismo de recursos no sirve para paliar las consecuencias del uso del lawfare. Su lentitud y el propio interés de los actores en el lawfare de retrasarlo, a través de un uso torticero de los mecanismos procesales de instrucción hace que el daño mediático sea imposible de paralizar.
Las modalidades de lawfare se han utilizado muy a menudo. En nuestro país, sin ir más lejos, las acusaciones judicial contra Podemos por una supuesta financiación ilegal de Venezuela, justo antes del inicio de una campaña electoral en donde las encuestas proporcionaban unos resultados muy buenos, resulta el caso paradigmático. No es el único, incluso dentro de la carrera judicial, con acusaciones y procesos a los jueces que no concordaban con el pensamiento conservador.
LA CREACIÓN DE UN NUEVO MODELO IDEOLÓGICO AL GUSTO DE LA MINORÍA
Son los intentos directos e indirectos de imposición de un modelo de sociedad y de unos valores por no aceptar el componente multicultural de la sociedad.
Son los intentos de imponer la moral sexual, sobre la interrupción del embarazo o sobre las uniones entre personas del mismo género. Incluso, algunos intentos de imponer las clases de religión en las escuelas. Mecanismos en los que se acostumbra a recurrir a los órganos jurisdiccionsles, que recurren a interpretaciones originalistas y textualustas de las normas que excluyen todo aquello que no existía en el momento de su promulgación.
O, sencillamente, que elimina cualquier asomo de transformación social e interpretación de las normas de acuerdo con el momento de su aplicación. El aborto en Texas por coger otro ejemplo de los Estados Unidos.
UNOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN PALMEROS DEL NEOGOLPISMO
El colorarlo de todo ello está constituido por una prensa que no cumple con el modelo de proporcionar información veraz.
Una prensa que suele tener el elemento característico de que recibe cuantiosos recursos económicos por parte del entidades públicas y privadas interesadas en el cambio del Gobierno.
La falta de distinción entre información y opinión, la presencia continúa de tertulianos de un determinado sector, la equidistancia entre democracia e ilebarilsmo constituyen medios para transformar los medios de comunicación en correa de transmisión del neogolpismo. Es el momento en el que se considera desde el extranjero, por ejemplo, que la prensa española es la peor de Europa.
El problema es la falta de cumplir la función de ser un medio de comunicación veraz y al mismo tiempo la falta de pluralidad de los medios de comunicación que hacen ver un pensamiento único en las relaciones sociales y políticas. En España, por ejemplo, tenemos un problema de pluralidad en los medios de comunicación, especialmente en los medios audiovisuales.
Pero, al mismo tiempo, nos encontramos con el fenómeno novedoso pero cada vez más relevante en la conformación de opiniones públicas de las redes sociales que actúan como conformadores de opinión. La facilidad de creación y desarrollo de boots para la expansión de campañas está siendo hábilmente utilizado por el neogolpismo para desarrollar su acción política.
Como decía Canettí, la Humanidad sólo está indefensa allí donde carece de memoria. Habría que añadir que la indefensión viene también cuando, parafraseando a Marx, la repetición de la historia, las pequeñas transformaciones, hacen que aparezca la tragedia. Es el momento en el que estamos. El neogolpismo lo tenemos a la vuelta de la esquina y no estamos ponderando la tragedia.
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